La nueva propuesta gastronómica del chef Jaime Pesaque se llama ‘500 grados’ y se encuentra en una esquina clave, en el 1281 de la avenida Camino Real, en San Isidro. No vamos a hablar de la carta del restaurante que, por cierto, está buenísima. Nos centraremos en el café, el cual llamó nuestra atención desde poco antes de la inauguración cuando en Instagram se compartieron fotos de provocadoras tazas de café peruano.
En la barra se ha instalado una máquina para preparar café. Podemos acercarnos a presenciar el molido del grano fresco y ver cómo preparan nuestra bebida.
El café es de San Ignacio, Cajamarca. Encontramos Americano, Espresso, Capuccino, Latte y Macchiato. Los precios entre 6 y 9 soles. El trabajo del café, precisa Jaime Pesaque, ha estado a cargo del gran Harrysson Neira, de Café Neira Lab.
«La idea era que en general todo lo que pidas aquí sea de calidad. Tanto una buena comida como el café, que es con lo que te vas. Eso no puede ser distinto al esfuerzo que hay en la comida», dice Pesaque, el creador del clásico Mayta. La crema del Espresso es consistente. El café tiene cuerpo y acidez equilibrada. Tienes en la mesa un café de primera, como para volver.
El restaurante abre a las 7 de la mañana y cierra pasada las 12 de la noche. El café es parte de toda la propuesta gastronómica.
El café combina bien con la oferta de panes y pastas. Y si bien la mañana parece la mejor hora, un café siempre cae perfecto.
Que los restaurantes no descuiden el café nos parece un gran acierto y un aporte para el consumo del buen café peruano.
Donde resido, no hay Cafés como negocio. Me estoy enterando de los pormenores para que, en breve término, pueda incursionar en este apasionante mundo. Por eso leo sobre productores, calidades, preparación, presentación, etc. Me interesa márgenes de inversión, utilidades y costos del negocio así como máquinas necesarias.