Nunca tuvo miedo, y siempre se mostró confiado, pero sobre todo humilde. René Urbina Sanca se alzó ayer con el galardón más importante del Primer Torneo de Arte Latte organizado por Team Barista Perú y Puma Coffee.
«Voy a dar lo mejor de mí», me comentó minutos antes de la gran final con Bryan Robladillo, barista independiente de Lima. René llegó del Colca, Arequipa, y está al frente de One Coffee, una cafetería en su tierra. Llegó a Lima con sus padres, quienes emocionados siguieron el minuto a minuto de esta competencia, donde un grupo de talentosos baristas mostró su talento a la hora de ‘lattear’.
Dimas Urbina Challa y Gumercinda Sanca Quispe, sus padres, estaban allí, emocionados, con el corazón en la boca, como se dice.
MOMENTO CLAVE
Cuando llegó la final esperada, René -quien se formó también en Team Barista Perú-se confrontó con Bryan. Ambos tuvieron que dibujar una figura de alta complejidad sobre el café. Concentrados, los baristas hicieron su trabajo. Los jueces tomaron la decisión y el público estalló en aplausos: René Urbina Sanca era el ganador. El galardón se va para Arequipa, comentó el presentador. Los aplausos, intensos, retumbaron en la librería del Fondo de Cultura Económica, donde está Puma Coffee, en Miraflores.
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«El Latte Art me apasiona y este tipo de concursos ayudan a incentivar a los baristas. He dado todo, y estoy contento, feliz, agradezco a mis padres por el apoyo, y a mis compañeros«, dijo René, de 28 años. Sin ser muy expresivo, lo cierto es que René estaba emocionado, y mientras abrazaba a papá y a mamá, se reconfortaba con lo que había logrado.
«Es la primera vez que participo en un evento de esta naturaleza, no hay que dejar de prepararse, de mejorar», nos comenta en la entrevista.
«El café para mí lo es todo , no solo como una oportunidad de crear una empresa. Como diseñador gráfico desde pequeño siempre me gustó dibujar y bueno en el café encontré la oportunidad de poder demostrar arte aparte de conocer la gran labor de cada eslabón de la cadena productiva, lo cual me hizo darle ese valor que se merece a cada caficultor, tostador y a todas aquellas personas que están detrás de cada taza de café», explica René, con la mirada tranquila, la emoción quizás contenida. Talento y pasión de la mano.
