Dos aficionados al café se unieron con la idea de acercar un gran café a más peruanos y al mundo. Próximamente empezarán a exportarlo a Alemania y Europa en general. El economista Sascha Camilli y la antropóloga peruana Talía Romero están detrás de El Munkin Coffee, un delicioso café que tuvimos la suerte de probar.
Talía cuenta que gracias a su trabajo conoció muchos lugares del Perú y en uno de esos viajes se encontró con un café buenazo en San Martín, Lamas: «Investigando dimos con los caficultores que trabajan este café, conocimos los cafetales y todo el proceso que le dan a este café y nos encantó. Nos dimos cuenta por la calidad de su café y su gente, que este era el lugar correcto para empezar este lindo emprendimiento».
CAFÉ SELECTO
El primer café de estos emprendedores fue adquirido directamente de socios cafetaleros en San Martín. Tiene todas las certificaciones orgánicas para Latinoamérica, Europa y Estados Unidos y los caficultores reciben asistencia técnica durante todo el proceso productivo, lo cual asegura la calidad del producto.
La altitud en la que se cultiva es sobre los 1200 m.s.n.m. Es un café dulce, balanceado, con notas cítricas y a panela, con un posgusto a chocolate. Tiene 82.5 puntos en taza, según protocolo SCAA.
El munkin
«La imagen de nuestra marca está inspirada en el mono choro de cola amarilla, el primate más grande del Perú que vive entre las Regiones San Martín y Amazonas. Este mono se encuentra en peligro. Debido a que su hábitat se ve cada vez más reducido y amenazado por la tala ilegal y la expansión agrícola, entre otros factores», explica Talía.
Con este café buscan generar curiosidad en «nuestros consumidores sobre este animal peruano en peligro y despertar conciencia sobre la importancia de cuidar nuestra naturaleza, en resumen, encontrar el balance y la sabiduría para coexistir».
El MunkinCoffee Project apunta a crear alianzas con iniciativas de conservación del mono choro cola amarilla.
Si deseas comprar este café ingresa a su cuenta de Facebook o al Whatsapp: 943 504968.
