La cafetería Kafi Wasi cumplió un año de sueños desde que abrió sus puertas a pocas cuadras de la Plaza de Armas de Arequipa.

Antes de inaugurar el local, cuyo nombre en español significa ‘Casa del café’, los arequipeños Diego Cisneros y Pamela Reyner, dueños de este negocio, se sumergieron en el mundo del café: estudiaron, se prepararon, recorrieron varias cafeterías y tomaron mucho café en busca de más ideas y de aprendizaje.

Han pasado 365 días desde que sirvieron la primera taza de esta bebida y hoy podemos asegurar que estos jóvenes enamorados y emprendedores hicieron bien su tarea.

Kafi Wasi ha logrado su objetivo: educar a los arequipeños sobre los diversos métodos y orígenes del café.  Efectivamente, al ingresar encontramos en las paredes información, mapas, fotografías sobre la procedencia y cultivo del café,  en Perú, así como de la planta.

Pamela, quien estudió Administración de alimentos y bebidas, indica que “al inicio no fue fácil debido a que los arequipeños tienen una cultura tradicional del café y no están muy acostumbrados a los métodos como Chemex, Aeropress, y otros”. Gracias a sus enseñanzas sobre el origen y proceso del café han logrado captar a clientes extranjeros y locales.

Hoy su reto es seguir promocionando los métodos y continuar educando a los  clientes sobre la cultura del café.

Diego, barista de profesión, explica que tiene una “barra amplia de métodos que nos permite sacar nuevos registros del café” y ello está enfocado. Los orígenes de café que ofrece Kafi Wasi provienen de Santa Teresa, Cusco; Junín, San Ignacio, Cajamarca; Villa Rica, y Amazonas.

Para ambos el café se ha convertido en su motor principal y Kafi Wasi es como un hijo que a diario ven crecer.