La fundadora de Black Mouth de Chachapoyas, una mujer que no sabe rendirse: «El café es toda mi vida»

Cuando probó una taza de buen café todo cambió para Angélica Hernández Vilcarromero. En ese instante, cerró los ojos y decidió su futuro, a pesar de haber culminado la carrera de Negocios Internacionales. Hoy es dueña de una cafetería en Chachapoyas, compradora de café en el mismo campo, tostadora, barista y se siente feliz de promover lo nuestro. Tiene todo tan claro, que imagina su vejez en una finca, dedicándose a cultivar, en Rodríguez de Mendoza, posiblemente.

Esa taza de café la impresionó. En nada se parecía al café que su mamá tostaba con soya, habas y alverjas hasta dejarlo negrito. El sabor se quedaría en su memoria para siempre.

Es chiclayana, pero ha vivido en Chachapoyas en los últimos años, y sus viajes por Bagua y otras zonas del país la hacen sentir de todas partes. La dueña de Black Mouth, en el jirón Hermosura 622, en la Plazuela de Burgos, sorprendió a todos cuando decidió estudiar en el Instituto Le Cordon Bleu donde conocería a una de sus más inspiradoras maestras: la gran Giovanna Villegas. Para ese momento, Angélica trabajaba en la parte contable de la Cooperativa Agraria Rodríguez de Mendoza.

Inspirada por las vivencias de los productores y la pasión con la que describen su trabajo, Angélica empezó a leer incansablemente sobre el café. Dicen que cuando el café te atrapa, ya no hay forma de escapar. Para diciembre de 2018, el sueño de la cafetería propia ya era realidad. Aprendió de a poquitos hasta llegar a dominar el tostado, y ahora enseñar a jóvenes como ella. Su aventura comenzó a los 26 años.

Desde el comienzo apostó por el cliente local.

Fundar una cafetería en Chachapoyas fue para muchos una locura. Poco antes de concretar este proyecto viajó a Suiza, donde una amiga barista la esperó para enseñarle más sobre el café. A su retorno, estaba claro que no había marcha atrás. Angélica apostó por el público local desde el inicio. El turismo llegaría luego.

La familia decidió apoyarla con los postres y acompañamientos. Su mamá y su hermana. Hoy tiene tres baristas. En un inicio era ella sola. «Yo aposté a Chachapoyas con precios accesibles, a informar sobre el café a cada cliente, y a cuidar todos los detalles», cuenta esta emprendedora que ha resistido las dos cuarentenas, y sigue adelante.

Angélica no buscó compararse con la competencia. Quería marcar la diferencia, desde la atención y, por supuesto, con el excelente café de Rodríguez de Mendoza. Ademas, ofrece dos orígenes Bagua y Luya.

Es una mujer de carácter, amable y apasionada al hablar. Es firme y también soñadora. Ella sabe hacer de todo, pero lo que más le gusta es comprar café y tostarlo. Escuchar y tener contacto con los clientes también le gusta.

El café cambió el destino de esta emprendedora nacida en Chiclayo.

LA RESISTENCIA Y EL FUTURO

«El café significa para mí la vida, el café es mi vida y por eso he apostado todo», comenta Angélica, una incansable conversadora que en medio del coronavirus salió a buscar café -que parecía agotarse- y calmó a su personal. Así que no hubo despidos. Superaron la peor etapa gracias al delivery y al recojo en tienda. Haber apostado por el mercado chachapoyano fue una gran idea. La ausencia de turistas no la golpeó, y los lugareños siguieron como fieles clientes, pasándose el dato de «buen café» de boca en boca.

En su cafetería ofrece además del clásico espresso, capuccino o americano, el café en diversos métodos de extracción.

Le apasiona tostar su café.

El nombre se lo debe a Alex Bocanegra, su jefe de la cooperativa y también maestro. Black Mouth es un homenaje a don Alex, que aceptó prestar su apellido pero en inglés. Angélica cuenta la anécdota con una gran sonrisa, mientras Alex cruza por la cámara, de manera casual. Ella está en Rodríguez de Mendoza, y esta periodista en Lima. Nos comunicamos por Zoom, a pesar de la mala conexión.

Black Mouth no es una simple cafetería. Aquí se cata, se tuesta, se hace control de calidad, se prepara y se enseña.

Le encanta compartir su conocimiento.

¿Es el café un terreno de hombres? No, necesariamente. El panorama está cambiando; y Angélica no es de las que se deja mandonear, ofender y menos discriminar. Ha tenido incidentes pequeños, pero su temple siempre se ha impuesto.

Sus planes al mediano plazo los resume en formar baristas y tostadores, promover el café peruano, instalar una cafetería en alguna parte del país (no en Lima) y envejecer en una finca. Es soltera, tiene un gato, y su pasión por el café es tan grande que le ha permitido trazar hasta el final de su vida.

«Rodríguez de Mendoza me ha formado en el café», comenta, mientras nos muestra el campo a través de la cámara, y confiesa que compartir su conocimiento es algo que la complace mucho, que la gente necesita conocer nuestro café y aprender a beberlo.

En el Día Internacional de la Mujer, Angélica deja en claro la fuerza y capaz de cumplir sueños de la mujer peruana.

Periodista. Especialista en Comunicación Digital y Social Media. Directora de Clases de Periodismo, editora web de Perú21 y directora de La Ruta del Café Peruano. No me imagino la vida sin café. ➤ Soy especialista en Comunicación Digital y Marketing. He sido jurado de Experiencia (2018-2019-2022) del Concurso de Cafeterías de Lima organizado por la Cámara Peruana de Café y Cacao. Estudié barismo en Team Barista.

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