En la ciudad de Satipo, en la Selva Central, vive Florencia Vega, una productora de cafés de especialidad, conocida por muchos como la reina del café honey.
Bajo un clima caprichoso, con días de sol ardiente y lluvias resonantes, que entorpecen la señal de telefonía móvil, nos cuenta que desde los 35 años se entregó de lleno a la producción de café. Hoy tiene 64, caminando por la vida.
Florencia nació en San Ramón, en la provincia de Chanchamayo; pero desde muy pequeña se fue a vivir a Satipo. Esa ceja de selva que esconde la región de Junín. “Yo nací al pie del café”, dice, con mucho entusiasmo, a través de la línea telefónica. Su familia se dedicó al café y desde muy joven tuvo la meta de fundar una asociación que beneficie a los socios.
Esto lo aprendió en el distrito de Pangoa, luego de ser parte de la directiva de la Asociación de Productores Agrarios La Fortaleza. Una mala experiencia dentro de la organización, la llevó a buscar nuevos rumbos y se introdujo al distrito de Río Tambo, en el Valle de Santa Cruz, donde decidió establecerse y producir café.
La Cooperativa
El 2005 es un año que recuerda minuciosamente porque se fundó la Cooperativa Agraria Cafetalera Ecológica Valle Santa Cruz (CACE Valle Santa Cruz), su cooperativa. Ella fue una de las fundadoras y formó parte del consejo directivo, desde el inicio. “Hemos empezado con 30 socios, porque los intermediarios nos compraban al precio que se les antojaba. Queríamos conseguir mejores precios. Tuvimos altas y bajas, pero aquí estamos”, cuenta Florencia.
Los años más complicados para los socios fue la época de la roya amarilla. “La roya nos afectó bastante, hemos tenido una caída fuerte”, subraya mientras su mirada se pierde como en un álbum de fotos del pasado. Sin embargo, su optimismo por la vida no le permite detenerse. De pie y sin importar el ruido de la lluvia, con la que compite para que se le escuche, sigue contándonos su historia.
La idea de asociarse entre productores para desligarse de los intermediarios apuntaba a un objetivo en su vida. Actualmente, ella no solo está cumpliendo su sueño de ser miembro fundador de la cooperativa. Por primera vez en la historia de CACE Valle Santa Cruz, una mujer asume la presidencia. Recientemente, Florencia la consiguió y es la primera presidenta de la cooperativa.
La reina de los honey
A Florencia le hace mucha gracia este momento. Recuerda que un día, uno de los gerentes de la cooperativa llevó granos de café honey. Al verlos, ella vio en la mesa un reto que debía poner en práctica. Nadie en la zona lo había realizado y se sentía capaz de llevar la delantera. Habilitó sus secadores, preguntó a los expertos y comenzó a producirlo.
Las visitas a su finca no tardaron en asomarse y entre ellos, un comprador de Inglaterra que decidió adquirir sus cafés. Su trayectoria la ha llevado a exportar. Durante los últimos años, países como Rusia, Holanda, Corea, Inglaterra y en la misma región, reciben el café de Florencia. Su crecimiento la llena de orgullo y se felicita ella misma, por el enorme trabajo que realiza para mantener a su familia.
Su finca se ubica a 1200 msnm y lleva el nombre de Santa Rosita, en honor a su “anciana madre”. Florencia no se rinde, sigue adelante para seguir promoviendo la producción de cafés especiales que, además de ser uno de los mejores de la zona, se aplica bajos sistemas agroforestales y reforestación.
Esta nota se realizó con el apoyo de Cynthia Landeo, CEO de Collective Bean.
