Elena Mendez: tres mujeres detrás de un café especial

Alejandra, Carmen y Sandra, las mujeres detrás de Elena Mendez.

Un café y tres mujeres, una historia de esfuerzo, de amor, de compromiso. Elena Mendez es una marca nueva en el mercado, pero ha logrado el objetivo que las motivó: llegar a los hogares limeños, promover el consumo de café especial, generar cultura cafetera. Todo esto ocurrió en plena pandemia, y nada las detiene. Al contrario, hacen proyectos al largo plazo.

«El café significa compañía, familia, unión. Y nosotros en casa siempre hemos estado rodeadas de eso, alrededor de una taza de café», dice Carmen Guardia Mendez. Su hija Alejandra Duarte Guardia estudió barismo en Le Cordon Bleu, y este conocimiento la cautivó poderosamente. Ingreso a trabajar a una casa cultural, conoció productores, y un día doña Carmen le dijo: «¿Por qué no tenemos una marca de café?». Los ojos de las tres brillaron. Allí estaba Sandra, su otra hija. Las tres se entusiasmaron.

Alejandra empezó a evaluar orígenes de Puno y de Selva Central, pero conocieron a Ever Huamán, de San Ignacio, Cajamarca, 1800 msnm. Un café con notas a frutos secos, durazno, mandarina y miel, de las variedades caturra, pache y bourbon. Tenía nada menos que 87 puntos en taza. Ese era el café que buscaban.

¿Por qué Elena Mendez? Ese rostro de una mujer hermosa, delineado en el empaque con una flor, me llamó la atención. Elena Mendez es la abuela de la familia. Llegaron a él luego de dar muchas vueltas, pero el nombre estaba entre ellas. Su hermana mayor, especialista en marcas, llegó a algo clave: todas siempre estaban reunidas en la memoria de la abuela, una mujer que amaba el café profundamente.

LOS RETOS

Crear una marca en tiempos de pandemia no es una tarea fácil, pero cuando ellas recibieron el café de la finca Altamira, ya no pensaron en retroceder. Tostaron cerca de 30 kilos, crearon sus empaques y se arriesgaron.

La cuarentena era momento de estar en casa, y de tomarse un buen café. Fueron creciendo poco a poco, conectaron con los clientes, hicieron talleres online, compartieron recetas en las redes sociales, y resaltaron la importancia de un café especial. «Queremos que los clientes vivan la experiencia», comenta Alejandra, mientras en la mesa nos coloca una moka, un v60 y una prensa francesa.

«Tenemos muchos planes. Yo ayudo con las redes sociales», dice la mamá Carmen. El café las tiene tan entusiasmadas, y es tan bueno en verdad que familiares en el extranjero la están animando a exportar, y hasta, más adelante, tener una cafetería.

La empresa familiar además piensa vender filtros metálicos para facilitar el consumo de aquellos que no tienen cafeteras. Desean trabajar también con productores pequeños que cuiden el medio ambiente y dejar muy en alto el nombre de doña Elena Mendez, esa abuela fantástica que les puso el café en las manos y en la memoria.

DATO

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Periodista. Especialista en Comunicación Digital y Social Media. Directora de Clases de Periodismo, editora web de Perú21 y directora de La Ruta del Café Peruano. No me imagino la vida sin café. ➤ Soy especialista en Comunicación Digital y Marketing. He sido jurado de Experiencia (2018-2019-2022) del Concurso de Cafeterías de Lima organizado por la Cámara Peruana de Café y Cacao. Estudié barismo en Team Barista.

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