Fotos: Aura Guío.

Harry Solís está convencido de que el café ha cambiado la vida de las familias del Valle de El Monzón, en Huánuco. Lo dice con orgullo, mientras nos muestra su amplia cafetería, ubicada en la Plaza de Armas. Hace más de 15 años esta parte del país era azotada por el terrorismo y el narcotráfico. La hoja de coca se cosechaba (representaba el 95% de su actividad agrícola), y daba una aparente riqueza a los productores. Pero quienes vivieron esa época recuerdan que la aparente bonanza estaba manchada de sangre, ataques armados, terror, muertes.

Aromas de Monzón es la cafetería de especialidad que Harry fundó en 2018. Le decían loco sus amigos. Le decían que el café no era negocio. Perseverante, el joven apostó todo al café. Un amplio local que antes perteneció a la Empresa Nacional Comercializadora de Hoja de Coca (Enaco) es el espacio que ocupa la cafetería de especialidad que ofrece cafés del Monzón de variedades como geisha y caturra. Con el apoyo de Alianza CAFE, que es una iniciativa de USAID, ejecutada por TechnoServe y cuenta con el apoyo de JDE; el emprendimiento ha logrado posicionarse y el consumo local es creciente. Lo dice Harry con una sonrisa.

La cafetería está llena de murales que pintaron universitarios de Huánuco. Entre mariposas, el rostro de una mujer enigmática en el techo, frases inspiradoras como “Todo el mundo cree en algo, yo creo que tomaré una taza de café” o “la vida es eso que empieza después del café” llegamos a la barra donde también ofrecen licores con café como el carajillo, el tradicional Irish Coffee, el Sour de café, el Espresso martini o el chilcano de café. El lugar es cómodo y el aroma del café es envolvente, ya que los granos se tuestan allí diariamente.

El cliente puede optar por un Espresso, un clásico americano o un café en V60, Prensa Francesa, Moka y otros métodos. El café geisha del productor Primitivo Nolasco nos deslumbra. “Ofrecemos lo mejor del Monzón”, resalta Harry. En un extremo de la cafetería podemos ver el lienzo de negocio, una iniciativa de Alianza Café que ayuda a los emprendedores a tener propuestas de valor, mejorar la relación con los clientes, y segmentar el mercado.

“El café ha dado un cambio radical a nuestras vidas Nuestra gente ha aprendido a tomar café, y eso es gratificante”, comenta. La pandemia no lo hizo retroceder. Cerraron un mes, y luego abrieron con todos los protocolos de.seguridad. Este tiempo llevó a las familias a comprar café molido en bolsa.

Harry tiene su propia marca de cafés, y cuenta para la venta con presentaciones de 100 gramos que cuesta 3 soles. Con propuestas para diversos públicos, el negocio se mantiene con el reconocimiento de la comunidad y los turistas (ahora pocos) que llegan a la zona. Aromas del Monzón ya es la cafetería de especialidad más emblemática de este distrito cafetalero. El esfuerzo de Harry ha dado sus frutos, y al lado de su esposa Milagros Baylón siguen mejorando para brindar un excelente servicio.

UNA CARTA CON AROMA DEL MONZÓN

La carta tiene platos generosos como la salchipapa Amazónica, las alitas en salsa de maracuyá, o el chaufa amazónico. El calor te lleva a pedir un coldbrew con naranja, piña o maracuyá. Los frappés, solicitadísimos por el público juvenil, no pueden faltar, al igual que el chocolate caliente y el capuchino.

El sueño de Harry es que el café del Monzón se conozca en el Perú y el mundo. Al decirlo le brillan los ojos- El aroma del café llega a mi mesa: una copa para un V60, de cuerpo y acidez media. Es casi las ocho de la noche, las mesas están ocupadas (se respeta la distancia protocolar) y Harry confirma que su anhelo de ser piloto era un error. Lo suyo es el café.