Pausa Café es una cafetería donde se respira calma, sus dos locales tienen un ambiente tranquilo donde puedes conversar, trabajar o simplemente tomar un café. ¿Quién es la creadora de este concepto? Se trata de Patricia Cohaguila, quien tiene una historia de lucha y resistencia que la convirtió en la mujer exitosa que es ahora.
Corría el año 2012, cuando Patricia regresó de Estados Unidos con sus dos hijos, decidió establecerse en Lima y en esa búsqueda de un trabajo flexible que le permitiera estar cerca de sus niños, se le ocurrió la idea de poner una cafetería.
He trabajado en muchos lugares y siempre tuve en mente abrir un lugar como este. Empecé haciendo postres en mi casa, después abrí un restaurante de comida mediterránea, tenía clientes extranjeros, pero demandaba mucho trabajo. Entonces, lo dejé y emprendí otro negocio
Patricia Cohaguila
Fue así, como el 2014 nace el primer local de Pausa Café en Jesús María.
«Siempre me pareció que en la zona no había un buen café ni buenos postres. No encontraba un lugar para sentarte con el coche de bebé o donde poder conversar con un amigo. Habían locales ruidosos, llenos de gente y sin un concepto establecido. Ahí se me ocurrió abrir Pausa Café, el local era pequeño, de 26 m2, pero estaba a la vuelta de mi casa, era mucho más fácil controlarlo, podía hacer los postres en mi casa y eso me permitía ir a las actuaciones del colegio», señaló.
Gracias a su perseverancia, el local fue ganando popularidad. «Conocí a un chico en una feria orgánica, me empezó a vender café de una finca y empezó a enseñarme sobre el tema. Luego, conocí a unos amigos que me dijeron que podía mejorar el café y así empecé a indagar, investigar, hasta que recordé que tenía un amigo involucrado en el café, y así me metí más en este mundo cafetero», remarca.
A pesar del espacio reducido de su negocio, organizó eventos culturales, como tardes de violín, saxofón, conciertos pequeños, pero llegó un momento en que siempre estaba lleno y así surgió la idea de mudarse a otro sitio más espacioso: «No lo podía creer, se convirtió en un sitio muy vistoso, muy bonito. Hice hasta exposiciones de arte, fueron tres años intensos, pero sentí que tenía que crecer y busqué otro lugar».
EL 2017, Patricia se enamoró de un local más grande, ubicado en Horacio Urteaga, en el mismo Jesús María, y Pausa Café siguió creciendo.
«Quería ponerle algo muy vintage, tenía un techo alto que siempre me ha gustado, también hice una especie de escenario, instauramos los martes de jazz. Teníamos presentaciones, rock, trova, era espectacular», recuerda.
Sin embargo, cuando estaba en el mayor apogeo, llegó la pandemia y todo se detuvo.
«Eso me obligó a enfocarme más en los postres, pero no me detuve, compré una tostadora y empecé a conocer un poco más de la gente que estaba involucrada con el café, me concentré en tostar y vender bolsas de café por delivery, con eso sobreviví hasta que poco a poco todo se fue restableciendo», indica.
Cuando acabaron las restricciones, dejó de hacer delivery pues implicaba contar con más personal.
Expansión
Gracias al éxito que tuvo el acogedor lugar de Jesús María, Patricia decidió ampliar su negocio y abrir un segundo local. “Primero abrí en la calle Berlín, en Miraflores,. Fue una locura, Abrí en febrero y cerré en julio porque el sitio era demasiado chiquito. Éramos tres personas y mucha gente iba, turistas con sus maletas, se llenaba muy rápido”, explicó.
Esa fue la señal que le indicó que había una demanda que no era cubierta. Es así que emprende la búsqueda de un lugar más amplio y abrió su actual local en Miraflores, ubicado en la calle General Recavarren 181.
“Ahí dije ‘esto funciona’, pero no me iba a funcionar siendo tan pequeño, así que encontré el local más grande, que tengo desde noviembre del año pasado. Es como volver a empezar, la gente no te conoce, pero tienes un respaldo, que es el de la marca de café, de los postres, que son buenos, hay más seguridad de vender mi producto”, expresa.
La emprendedora afirma que no tuvo miedo de volver a empezar porque ya cuenta con nueve años de experiencia que la respaldan. “Obviamente, debo hacer que el cliente se sienta bien, que nos conozca y tenemos un público cautivo que se ha logrado, no a través del tiempo. Toma tiempo y muchas personas no lo entienden.
Consejos
Patricia brinda algunos consejos para aquellas personas que recién empiezan a emprender una cafetería: “Muchas personas siempre te van a decir que no emprendas, que no arriesgues, otros tienen miedo de compartir sus recetas, pero al final, la gente viene por ti, por el producto que le ofrezcas y por el concepto. Y por ti. Entonces son tres cosas son fundamentales, pero los emprendedores se olvidan de eso, de la fidelización a través de la parte humana”.
Considera que otro punto clave para que le vaya bien a tu cafetería es la atención. Eso hace que vuelvan y perdonen los errores.
A pesar de la energía y el empeño a su negocio, siente que es un rubro que todavía tiene mucho camino por recorrer y para ello es necesario el apoyo de las autoridades para promover el consumo de café en todo el país. Por ello, sueña con crear la Asociación de Cafeterías del Perú, para hacer una lucha colectiva y lograr beneficios para toda la cadena productiva.