27 de abril de 2025
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Café contaminado por esclavitud: ¿Qué hay detrás de la denuncia de abusos en Brasil? ANÁLISIS

Fincas de café.

La industria mundial del café enfrenta hoy una de sus mayores crisis éticas. Una demanda histórica y una petición a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) han puesto a Starbucks —junto a Nestlé, JDE, Dunkin’, Illy y McDonald’s— en el centro de la polémica: se les acusa de beneficiarse de la trata de personas y la esclavitud moderna en la cadena de suministro de café brasileño. Ocho trabajadores víctimas han presentado una demanda federal bajo la Ley de Reautorización de Protección a las Víctimas de Trata, exponiendo condiciones laborales análogas a la esclavitud en fincas proveedoras de los gigantes cafeteros.

Un doble golpe legal y moral

La denuncia, interpuesta por International Rights Advocates (IRAdvocates), alega que miles de trabajadores brasileños han sido sistemáticamente explotados en la cosecha de café destinado a marcas líderes del mercado estadounidense. Paralelamente, la organización Coffee Watch, apoyada por la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Wyoming, ha solicitado formalmente al gobierno de EE.UU. que prohíba la importación de café brasileño producido bajo esclavitud, un paso que podría cambiar radicalmente el mercado global.

“Estamos hablando de una industria multimillonaria que, pese a los compromisos públicos, sigue alimentando su cadena de valor con abusos gravísimos”, afirma Etelle Higonnet, fundadora de Coffee Watch. “Es hora de exigir responsabilidades y de que Starbucks y el resto honren su promesa de respetar los derechos humanos”.

Amber Stafford, portavoz de Starbucks, negó las acusaciones y afirmó que la empresa está comprometida con el abastecimiento ético, lo que incluye ayudar a proteger los derechos de quienes trabajan en las fincas de donde proviene su café. «La piedra angular de nuestro trabajo es nuestro programa de verificación de Prácticas de Equidad para el Café y los Agricultores (CAFE) , desarrollado con expertos externos e incluye sólidas verificaciones y auditorías de terceros», declaró en un correo electrónico a The New York Times.

Marcos, un joven trabajador rural de Minas Gerais, Brasil, soñaba con un futuro mejor para su familia cuando aceptó una oferta para recolectar café en una gran finca. Lo que encontró fue muy diferente a la promesa: jornadas extenuantes bajo el sol, pago inexistente, amenazas de castigo y una barraca insalubre compartida con decenas de compañeros. Le retuvieron los documentos y le prohibieron salir, bajo vigilancia constante. “Nunca pensé que en pleno siglo XXI viviría como un esclavo”, relató Marcos tras ser rescatado en un operativo del gobierno brasileño. Como él, miles de personas han caído en las redes del trabajo forzado en el café brasileño, víctimas de engaños y de la desesperación por sobrevivir. Su historia no solo es un llamado a la indignación, sino también a la acción colectiva para exigir justicia y cadenas de suministro libres de abuso.


Investigaciones y evidencia: el café de Brasil en la mira

El problema de la esclavitud y el trabajo forzoso en el sector cafetalero brasileño está ampliamente documentado por diversas fuentes:

  • Informes del gobierno de Brasil, a través de su “Lista Suja”, han identificado miles de trabajadores rescatados de condiciones de esclavitud en plantaciones de café desde 1996, aunque apenas un 0,1% de las fincas han sido inspeccionadas.
  • ONGs como Repórter Brasil han publicado investigaciones que vinculan a grandes multinacionales con fincas involucradas en explotación laboral.
  • El Departamento de Trabajo de Estados Unidos incluye al café brasileño en su lista oficial de bienes producidos con trabajo infantil o forzado.
  • Informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y estudios universitarios brasileños profundizan en la persistencia del trabajo esclavo, especialmente en grandes latifundios.

La evidencia abarca desde operativos oficiales y reportes académicos hasta demandas judiciales recientes. Entre 2013 y 2023, la industria del café fue la principal fuente de rescates de esclavos en Brasil. En 2023, el 11,4% del total de personas rescatadas en el país trabajaba en cafetales.

El prestigioso diario The Guardian señala:

«En Brasil, la caficultura es el sector económico con mayor número de trabajadores rescatados de condiciones análogas a la esclavitud, una categoría legal que incluye una combinación de factores como servidumbre por deudas, jornadas de trabajo excesivamente largas, alojamiento y alimentación degradantes y falta de pago.

El país ha sido el principal productor de café del mundo desde el siglo XIX, cuando la producción aumentó debido al trabajo forzado de cientos de miles de africanos y afrobrasileños esclavizados .

Hoy en día, los afrobrasileños constituyen la mayoría (66%) de los trabajadores rescatados de condiciones análogas a la esclavitud».

El contraste: situación en Perú

Mientras el escándalo sacude al café brasileño y a las multinacionales, la realidad en Perú es notablemente distinta:

  • No hay evidencia documentada de esclavitud ni trata de personas en la cadena de suministro del café peruano a gran escala, según la OIT, el Departamento de Trabajo de EE.UU. y estudios nacionales e internacionales.
  • El café peruano es producido mayoritariamente por pequeños agricultores y cooperativas familiares, reduciendo el riesgo sistémico de explotación como el que se ve en grandes fincas brasileñas.
  • El Departamento de Trabajo de EE.UU. no incluye al café peruano en la lista de bienes producidos con trabajo forzado. El mayor reto social ha sido el trabajo infantil en zonas rurales, pero este viene siendo reducido progresivamente gracias a certificaciones internacionales.
  • En las principales regiones productoras de café (Cajamarca, Junín, San Martín, Amazonas, Cusco), las cooperativas han implementado políticas estrictas contra el trabajo infantil y promueven transparencia en toda la cadena.
  • El sector cafetalero peruano está entre los más certificados del mundo en estándares de sostenibilidad, lo que incluye auditorías laborales y sociales.

Según ONGs, agencias internacionales y académicos, no existe evidencia estructural ni sistemática de esclavitud o trata en el café peruano. Las preocupaciones en Perú giran en torno a la mejora de ingresos, acceso a educación y condiciones dignas, más que a la presencia de delitos graves como la esclavitud moderna.

Gerardo Medina, ingeniero zootecnista con maestría en agricultura sustentable, opina que en el Perú no se presentan problemas de esa magnitud porque somos pequeños productores y agricultura familiar. “No hay esclavitud en el sector”, dice. 

Sin embargo, recuerda que años atrás reportó situaciones preocupantes en zona de Selva Central donde medianos caficultores exigían el DNI a sus trabajadores y no lo devolvían hasta acabar la cosecha. A esto se sumaron situaciones de pago incompleto de salario para condicionar que se queden trabajando. Ambas situaciones revelaban una situación preocupante que se generó, sobre todo, por desconocimiento de los hombres y mujeres del campo sobre las condiciones adecuadas de trabajo. “Esto afortunadamente ha cambiado, y en parte podemos decir que las certificaciones ayudaron”, indica en diálogo con La Ruta del Café Peruano.

Félix Marín, caficultor y dueño de Inca Forest, considera que este tipo de información hace daño a la industria del café, y la cuestiona. Se basa en su recorrido por fincas de Brasil como ingeniero agrónomo con diplomado en cooperativismo. «Es cosa del pasado, que afortunadamente ha cambiado», opina.

Para Marin, que exporta su café a diversos países del mundo, en el Perú el gran problema es la falta de mano de obra y la nula inversión del Estado. «Nosotros hemos hecho el esfuerzo, no ahora, sino hace años, de tener campamentos bien equipados para ofrecer la mejor condición a los trabajadores. Pero la mayoría de dueños de fincas tienen dificultadas para hacer lo mismo por la falta de créditos. «Esclavitud no hay, no es la misma realidad. Y lo de Brasil debe mirarse con pinzas porque hay ONG interesadas en esos temas y considero que no se ajustan a la verdad»:

EXPERTO DE BRASIL: Se trata de excepciones y no de la regla

El ingeniero agrónomo Felipe Augusto Lima de Oliveira, de Brasil, opina que «debemos ser cautelosos con noticias como esta, ya que no creo que se trate de un caso reciente. La cosecha de café en Brasil de este año aún no ha comenzado, por lo que es probable que la noticia haga referencia a un caso antiguo».

Consultado sobre el tema por La Ruta del Café Peruano, dice: «Es evidente que, hoy en día, cualquier forma de trabajo análoga a la esclavitud es inaceptable y debe ser investigada y sancionada rigurosamente. Sin embargo, es importante subrayar que se trata de excepciones y no de la regla dentro de la agroindustria brasileña, especialmente en el sector cafetalero, que es reconocido internacionalmente por su calidad y sostenibilidad».

«Brasil cuenta con uno de los sistemas más estrictos del mundo para combatir el trabajo irregular, incluyendo inspecciones constantes del Ministerio de Trabajo y Empleo. En los últimos años, gracias a políticas públicas y a la autorregulación de instituciones como Cecafé (Consejo Brasileño de Exportadores de Café), los registros de trabajo análogo a la esclavitud han disminuido significativamente», remarca el experto.

Y agrega: «La producción cafetalera brasileña es una de las más avanzadas tecnológicamente y está respaldada por certificaciones internacionales que garantizan buenas prácticas laborales y ambientales. Grandes productores y cooperativas emplean sistemas de trazabilidad y auditorías independientes, asegurando condiciones laborales dignas. Aunque pueden ocurrir fallas puntuales, hoy el sector es referente en productividad y responsabilidad social. Brasil es el mayor productor y exportador de café del mundo, y esto se ha logrado gracias a un entorno laboral legalizado y valorado. Asociaciones como ABIC (Asociación Brasileña de la Industria del Café) y Cecafé tienen programas específicos para promover la ética en la producción. Por tanto, el caso mencionado no representa la realidad general de la cadena productiva del café en el país».

Felipe Augusto Lima de Oliveira -director Global de Investigación del Café en COFCO International en Brasil, – subraya que su país «está comprometido a combatir cualquier irregularidad laboral y el sector cafetalero ha mostrado avances concretos. Presentar un caso aislado como si fuera la norma resulta injusto para los miles de productores que cumplen la ley y contribuyen responsablemente a la economía nacional».

La familia de Felipe Augusto Lima de Oliveira está dedicada al cultivo del café.

El investigador posee un Posgrado Lato Sensu en Caficultura por la Universidad de Uberaba y es ingeniero agrónomo en Agronomía por la Universidad Federal de Viçosa.

El desafío global y la oportunidad para un modelo más justo

La crisis desatada por las denuncias contra Starbucks y el café brasileño es también una oportunidad para reorientar el consumo y la producción hacia modelos éticos. El café peruano, por su trazabilidad, certificaciones y enfoque cooperativo, se posiciona como ejemplo de sostenibilidad social y respeto a los derechos humanos en la región. Pero son realidades totalmente distintas.

Expertos, organizaciones y consumidores coinciden: el futuro del café debe construirse sobre transparencia, compromiso ético y apoyo a quienes producen de forma justa.

Más detalle sobre el reporte en Brasil en este enlace.

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