Edith Meza es ingeniera en industrias alimentarias, pero su vida está dedicada al café, una pasión que la mantiene siempre ilusionada y entusiasta porque con el café, dice, nunca dejas de aprender. Su profesión ha sido clave para mejorar cada uno de sus procesos y entregarnos uno de los mejores cafés del Perú.
La creadora de Finca Tasta, junto a su hermano Isaac, cuenta que todo empezó para seguir el legado de su madre.
Mamá y papá eran de un distrito alejado de Huancayo, llamado Santo Domingo de Acombamba. La familia migra de la sierra de Junín a la selva de Junín. Era el año 95 más o menos. Allí, su madre se reencuentra con sus orígenes y compra una finca en Satipo. Al segundo año de estar a cargo, fallece. Edith estaba en la universidad, casi a mitad de carrera. El café no estaba en su horizonte. Pero, con apoyo de sus tíos y de su hermano, sacó adelante la finca Tasta.
«Ser ingeniera me ha servido muchísimo porque el café tiene procesos, fermentación y reacciones químicas. Y eso es lo que estudia uno, el alimento desde el punto de vista orgánico», dice.
Para Edith -que siempre habla con una voz calmada, y cálida- cada año es un reto para mejorar, pero sobre todo para estandarizar la calidad, y que los clientes se sientan contentos.
«El café es constante aprendizaje. Me encanta porque nunca dejas de aprender. No es monótono. No hay rutina. Además, está el tema emocional, el conocer personas. Toda la cadena de café es linda, tengo amigas de otros países, he viajado bastante por el café, y he conocido personas por el café, como tú. Me gusta esa conexión», comenta.
Isaac, su hermano, y mano derecha, llevan adelante esta maravillosa experiencia: «Ambos hemos nacido en abril, nos diferenciamos por un día. Yo soy más pragmática, me gusta estudiar mucho. Isaac es más artista. Esta combinación engrandece la marca».
AL MUNDO
Finca Tasta exporta desde 2014. Entre 2011 y 2013 estaban solo en el mercado local. El café de Edith e Isaac llega a Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Italia, Emiratos Arabe y China. El sueño es conquistar Asia. ¿Por qué no? Otro de los anhelos de Edith es tener una cafetería, y trabajar también en el tostado.
El café de finca Tasta es tostado actualmente por la gran Enid Esquivel, de Tika Coffee.
Edith cree, con firmeza, que los peruanos consumimos cada vez más café, y eso, a pesar de la crisis, se puede ver en las cafeterías, tostadurías y diversos emprendimientos.
TIERRA DE HOMBRES
El café, por suerte, ha dejado de ser un mundo de hombres, y poco a poco, el machismo está quedando atrás. Edith es una mujer empoderada, desde niña lo fue, así la formaron sus padres. Entrar al mundo del café la confrontó con una realidad donde los machos daban las órdenes, pero su temple y profesionalismo le permitieron hacerse un lugar, y hoy se siente cómoda trabajando: «Me ha costado, pero hemos guerreado y así eso ha quedad atrás».
Resalta que la mujer gana cada día más espacio no solo en el café. Y ve, en las nuevas generaciones, chicas empoderadas, capaces de ir tras un sueño. Esa es la mirada de Edith, que toma unas dos o tres tazas de café en casa, y que en tiempo de ferias, quizás el doble.
