July Pinillos: Las madres cafetaleras necesitan más reconocimiento y visibilidad

El camino no es fácil, menos si eres mujer, madre y agricultora en el Perú. July Pinillos Oré, especialista de género del Proyecto Alianza CAFE – TechnoServe, es testigo día a día de los esfuerzos que se hace en el campo por lograr una excelente taza de café y reconocer el rol de las caficultoras, que durante décadas han sido invisibles en la cadena productiva del café.

De la mano de las madres cafetaleras, esta mujer de 42 años -madre de tres hijos- impulsa las estrategias para recortar las brechas de género en las zonas agrícolas, específicamente en Tingo María, Tocache y Moyobamba.

July Pinillos ha encontrado en el campo familias dispuestas al cambio.

«Las mujeres cafetaleras a pesar de los desafíos y las brechas de género existentes están asumiendo un rol más protagónico y de manera responsable en el manejo del rol productivo desarrollando actividades agrícolas de manera permanente en el manejo de sus cultivos, lo que ha llevado al crecimiento económico», explica July, quien resalta que día a día aumentan los hogares rurales encabezados por mujeres, madres que son la principal fuente de ingresos económicos en la familia. Estas mujeres -que a veces no conocemos ni conoceremos- tienen un triple rol: ser mujeres, madres y caficultoras.

«Conocer que tenemos mujeres predispuestas a desarrollar sus economías familiares hace que como organización seamos más responsables y nos comprometamos a trabajar pero bajo un enfoque trasversal de género que promueva la equidad entre el hombre y las mujeres, y el empoderamiento de la mujer en cada uno de los programas de extensión agrícola, que desarrollamos con la única finalidad de generar impactos positivos a nivel familiar, comunal y agropecuario», dice esta mujer que se enamoró de su trabajo, redistribuyó roles en su propio hogar y parece incansable. Es licenciada en enfermería, pero su trabajo ha ido más por la psicología y la sociología. Tiene una especialidad de género e interculturalidad, y trabaja al lado de las comunidades cafetaleras.

UN GRAN POTENCIAL

Al lado de las madres cafetaleras.

Mientras tú tomas una taza de café, mujeres, cientos de mujeres cultivan silenciosamente el café. Es posible que ignores su trabajo, pero ellas existen, tienen voz y grandes retos.

«Una de las grandes brechas es la falta de espacio para desarrollar sus capacidades y conocimientos en cuanto al manejo del cultivo del café para hacer frente al desafío cotidiano», nos dice July. Desde la organización que representa promueve dentro de las familias el rol compartido para brindar a las mujeres espacios más libres para que salgan a aprender, a desarrollar nuevas habilidades y técnicas en el manejo de sus cultivos. «Es necesario -advierte- que sean más visibles y reconocidas y que las valoremos de manera real».

July cree firmemente que estas madres tienen un gran potencial e ideas y perspectivas para realmente superar la pobreza y lograr la prosperidad En TechnoServe -organización que forma parte de la Alianza CAFE- apuntan a fortalecer las capacidades de las mujeres porque con ello se logrará un crecimiento económico y un empoderamiento real, así como el ansiado posicionamiento dentro del sector agrícola.

«Estoy convencida personalmente que este es un proceso de desarrollo que está en marcha pero necesita un compromiso real y sostenido, que requiere voluntad, tiempo y recursos que se destinen realmente a trabajar con las mujeres. Si reconocemos su potencial vamos a maximizar el crecimiento económico de una manera inclusiva», anota.

EDUCACIÓN Y LIDERAZGO

Lo que July encontró en el campo fue a mujeres con un bajo nivel de alfabetización o analfabetas. A pesar de este panorama, las madres han adquirido conocimientos y han afrontado la brecha. Se desarrollaron estrategias inclusivas, talleres de desarrollo de capacidades, materiales de discusión sencillos de entender y en general propuestas que las abrazan en lugar de excluirlas.

«Hemos ido desarrollando un lenguaje más inclusiva, y estrategias más inclusivas buscando que adquieran habilidades técnicas productivas, y que sean amigables con el medio ambiente, para que desarrollen buenas prácticas agrícolas y además tengan liderazgo en su comunidad», refiere.

July cree firmemente que estas madres tienen un gran potencial e ideas y perspectivas para realmente superar la pobreza

Para involucrar a las mujeres como socias de cooperativas han sensibilizado a los productores e integrantes de las organizaciones para que comprendan que esas mujeres, madres de sus hijos, puede tomar decisiones tener liderazgo y comercializar el café.

«Somos conscientes que la condición social de la mujer cafetalera todavía evidencia marcadas desigualdades que poco a poco se deben ir superando con la finalidad de lograr una participación plena e irrestricta, así como un reconocimiento real a la labor que hace en el campo. Es necesario que promovamos una sinergia entre las organizaciones e instituciones para acortar las brechas. Ya es tiempo de hacerlas visibles, y potenciar sus capacidades», sostiene July. Siempre ha desarrollado su trabajo al lado de la comunidad, la identificación con la gente del campo es total y plena. Ha visto cambios, no todos los que quisiera, claro.

Ni los censos visibilizaban a las mujeres caficultoras, dice July.

«Antes, dentro de las comunidades, las mujeres tenían una posición más pasiva en la generación de ingresos, tomas de decisiones, y espacios de liderazgo. Estaban vulnerables frente a la violencia familiar, y el reconocimiento social y comunal. Eso me impulsó a encaminar proyectos de desarrollo desde donde podemos visibilizar la labor que las mujeres hacen. Ni en los censos se visibilizaban», reflexiona.

La especialista reconoce que se ha logrado que los varones reconozcan en estas comunidades que la economía del hogar también depende de las mujeres, y que junto a la pareja pueden salir adelante: «De la mano con mis compañeras hemos sacado a víctimas de la violencia, a mujeres que han sufrido abandono, que son madres solteras y que han aprendido que tienen las capacidades para superarse y salir adelante, y dar un futuro mejor a sus hijos».

Para lograr sus objetivos profesionales, July -al igual que muchas mujeres- inició un proceso de desprendimiento para alcanzar lo que como persona y profesional le llena: caminar de la mano de las mujeres y guiarlas, ser un soporte, una asesora en su crecimiento como productora o emprendedora. El apoyo de su familia ha sido clave, aunque todo comienzo es difícil.

El camino es largo, pero comienza a dar frutos.

EL VALOR DEL CAFÉ

Para July, el reconocimiento del café peruano avanza y va por buen camino gracias al aporte de los medios que muestran el producto terminado, y las manos que lo producen, lo cual le da un componente social al café que permite el reconocimiento del trabajo en el campo para lograr una buena taza de café.

«Esto se debe también al compromiso real de las instituciones del sector, así como a las organizaciones privadas que están aportando para desarrollar habilidades y técnicas agrícolas con productores y productoras. Ahora, ellos y ellas están valorando más sus granos de café y el mercado les paga un precio más justo», dice.

El esfuerzo de nuestras mujeres caficultoras es grande, y por ello nos toca reconocerlas siempre, no solo en fechas especiales. Consumir café peruano es apoyar a una familia productora que posiblemente está encabezada por una mamá.

Periodista. Especialista en Comunicación Digital y Social Media. Directora de Clases de Periodismo, editora web de Perú21 y directora de La Ruta del Café Peruano. No me imagino la vida sin café. ➤ Soy especialista en Comunicación Digital y Marketing. He sido jurado de Experiencia (2018-2019-2022) del Concurso de Cafeterías de Lima organizado por la Cámara Peruana de Café y Cacao. Estudié barismo en Team Barista.

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