Wilda Velarde y su café del valle de Quellouno en Cusco

Wilda Velarde junto a sus padres en la Finca Santa Rosa. Fotos: Café Yunca

Dichosa del café que producen sus padres, Wilda Velarde es madre de dos hijos, tiene 35 años y es actualmente una comercializadora de café e hija de productores del Valle de Quellouno, en la provincia de La Convención – Cusco. El café que vende su familia lleva por nombre Yunca, una palabra en quechua que significa valle.

A 1700 msnm, se encuentra la finca Santa Rosa, doña Huilda Guzmán y don Lucio Velarde viven ahí y la mantienen desde hace décadas. Los padres de Wilda fueron cafetaleros toda su vida. Ella confiesa que cuando era niña los viajes de la finca a la ciudad le aterraban debido a la abrupta carretera que atravesaba y que le tomaba toda la mañana llegar a su destino.

Como muchas de las familia del campo, los padres de Wilda la enviaron a estudiar a la ciudad y ella optó por los negocios. Se instaló en Cusco y cursó la carrera de Administración. Debido a su segundo embarazo algunos planes se paralizaron, pero encontró una oportunidad en Quillabamba donde se estableció para formar su familia y a su vez culminar sus estudios de contadora.

Wilda Velarde promocionando Café Yunca en diversas ferias y eventos de Quillabamba.

¿Cómo llegó al mundo del café?

En el 2013 cuando cursaba el décimo ciclo de Contabilidad, Wilda logró ingresar a la empresa internacional Cafetalera Amazónica (Camsa) como asistente contable y allí aprendió casi todo de los procesos y la importancia de la calidad del café:«Conocí sobre la humedad, rendimiento, calidad, almacenamiento, precios y el manejo de la empresa».

Ella permaneció en Camsa hasta el 2016, cuando se le presentó una mejor oferta laboral en otra organización también enfocada en el café.

Sin embargo, este cambio la llevó a tomar decisiones que marcarían su futuro profesional y empresarial. Un día su padre le pidió ayuda para comercializar un saco de café en la ciudad, debido a los precios bajos que ofrecían los intermediarios en el campo. Inmediatamente, Wilda comenzó a ofrecerlo a su entorno más cercano y lo envasó para hacerlo más atractivo.

Pero esto trajo consigo un conflicto de interés con la empresa donde laboraba, ya que también contaban con una marca de café y exigieron a Wilda tomar una decisión. Apoyar a sus padres a la venta de su café o dejarlo todo y continuar con sus labores como contadora en la empresa.

A pesar de estar bien posicionada y con un sueldo bastante bueno, decidió vender el café de su finca e ingresar al mercado de cafés especiales con el apoyo de su familia y su pareja, Raúl Huamán, quien es un experto en la certificación de café, calidad y es un ingeniero de industrias alimentarias. Su compañero complementa los planes de Wilda .

Café Yunca

Debido a los cuidados con los que producen el café en la finca y la prácticas tecnificadas que aplican sus padres, el rendimiento de taza de Café Yunca llega a 83 y 84 puntos. En algunas ediciones limitadas, su café con proceso honey ha llegado a 86 y 87 puntos.

Wilda resalta que Café Yunca es un emprendimiento familiar:«Cuando no puedo comprarle café a mi padre, recurro a mis primos, mis tíos. De esta manera garantizo el tema de la trazabilidad». Su madre es la Gerente de Logística y Distribución y su padre es el Gerente de Producción. En el caso de Raúl, su pareja es el gerente de calidad y se encarga de la tostaduría.

Los padres de Wilda procesan su café con prácticas tecnificadas.

Además de la comercialización de café en bolsas, en el 2018 Wilda decidió implementar una tienda especialidad en venta de cafés y asesoramiento empresarial, pero esta terminó convirtiéndose en una cafetería de especialidad, la segunda que se creó en Quillabamba, menciona Wilda recontra orgullosa. La primera es la reconocida cafetería AICASA.

Fue en el 2019 cuando viajó a la FICAFE, que Wilda realmente reafirmó su amor y su convicción por el café peruano. Al conocer a tantas personas, que como ella tenían la convicción de alcanzar el éxito con el café, regresó motivada a Quillabamba con la firmeza de habilitar un espacio cálido para ofrecer el buen café que producían sus padres y su familia.

Junto a su padre, Wilda Velarde está sacando adelante el negocio familiar.

Wilda dio inicio a la inversión, adquirieron una máquina Ascaso y esto le permitió conocer a Vanesa Fabián quien no solo la asesoró, sino que se convirtió en su maestra de barismo y la preparó para ofrecer el mejor servicio en su cafetería. También recibió capacitaciones de catación y tostado.

Esta inversión y la implementación de la cafetería solo duró un par de meses porque como a todos la pandemia cortó los planes de esta aguerrida empresaria y tuvo que cerrar. Al ver que el capital se agotaba y sin mucho por hacer en casa, decidió utilizar las redes sociales para promocionar su café, a través de su programa «Un Café con Wilda», que lo emite todos los domingos a las 6:00 pm, en la página oficial de Facebook de Café Yunca.

Wilda junto a Vanesa Fabián en Quillabamba.

Wilda está decidida a seguir de la mano con el café peruano. Piensa que cuando los protocolos de seguridad sean más flexibles invertirá con mucha más fuerza en su cafetería y seguirá educando los paladares de los quillabambinos para que logren disfrutar del buen café peruano.

DATO:

Si deseas apoyar a Café Yunca puedes encontrarlos en el 954 721 488, en el correo (agroindustriasyunca@gmail.com) o en su página de Facebook Café Yunca.

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